Mucho tiempo ha pasado desde que en el 29 de marzo de 2007 tuviéramos nuestro primer contacto con GTA IV, en forma de su trailer: “Las Cosas serán Diferentes”. Desde entonces cantidad de cosas han pasado: Retrasos, rumores de compra de Take-Two, polémicas… Pero hoy sólo tenemos una certeza, y es la de que este juego es la obra cumbre de Rockstar, y lo mejor que se puede encontrar en estos momentos en el catálogo de PlayStation 3.
El verdadero milagro de GTA IV como videojuego en particular y como franquicia en general es su increíble capacidad para generar una expectación inusitada sin mostrar ni una sola imagen in-game. Este factor es digno de estudio, y el hecho de que con un puñado de screens y apenas unos cuantos trailers se haya generado lo que ya los analistas consideran como el fenómeno de entretenimiento más importante de la historia –por encima de cine, literatura o música-, nos da una idea de la garantía de calidad que supone la saga.
Pero este no es uno de esos casos en los que se contempla con estupor el top 10 de ventas en, por ejemplo, la música; y uno se pregunta incrédulo que funciona mal en el mundo. Grand Theft Auto IV, permítanme nombrarlo con todas las letras para esta frase, es lo más parecido al arte que ha parido la industria del videojuego. Una oda monumental a la humanidad, al crimen organizado como forma de vida, a lo peor que cada uno llevamos dentro; y, por ende, una cita completamente ineludible para cualquier jugador que se precie… sea cual sea su género favorito. Señoras y señores, con todos ustedes Niko Bellic. Con todos ustedes la obra maestra de Rockstar. La larga espera ha terminado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario