miércoles, 16 de septiembre de 2009

HITMAN: Contracts


Aunque los usuarios de consola no descubrimos a número 47 hasta la pasada temporada con Hitman 2: Silent Assasin, hemos sabido apreciar el refinado estilo del que este carismático asesino a sueldo ha hecho gala. Tal vez su estilo de juego, más mayoritario del público de PC le impidió debutar en consola desde su primer título. Aún así, este tipo duro, oscuro e increiblemente eficiente es uno de los personajes más valorados por los usuarios en general. Creado por ingeniería genética con el objetivo de ser la máquina de matar perfecta, Hitman ha logrado posicionarse junto a los grandes del género de la acción y el sigilo.

Desarrollados por IO Interactive y editados por Eidos, los videojuegos de Hitman nos sumergían de lleno en la figura de un profesional del tiro en la nuca. Eliminar a distintos objetivos, a demanda del cliente y mediados siempre por una misteriosa agencia se tornaba ciertamente entretenido enfundados en el perfecto traje italiano de 47. Narcotraficantes, chantajistas, ladrones de ídolos religiosos, secuestradores o megalómanos del ejército fueron los caídos en los primeros pasos de este antihéroe.
Pero 47 sufría con cada tiro que disparaba. Para él la condena de ser el brazo ejecutor era peor que el castigo mortal que recibían sus víctimas. Por ello buscó venganza contra su creador en el primer título y reprobó la muerte por dinero después, buscando su redención particular en Hitman 2: Silent Assasin. Pero a pesar de los esfuerzos del padre Vittorio, la vida de paz de Codename 47 fue fustrada por sus enemigos y volvió a matar, aunque esa vez fuese algo personal.

Ahora, Hitman: Contracts ofrece un acercamiento mucho más cercano a la figura de este particular asesino, mostrándolo como nunca antes se había hecho. Cómo nació, cual fue su trayectoria, sus primeras misiones o sus momentos más duros. Contracts desvela además muchos detalles que quedaron pendientes en el primer Hitman, continuando la historia vista en él y en varios casos, repitiendo misiones y localizaciones, hecho que ha sembrado divergencias.

Hitman: Contracts más que un juego que obedezca a una situación temporal concreta dentro de la tormentosa vida de 47, podría definirse como una serie de flashbacks que el asesino tiene en su memoria mientras se encuentra refugiado, herido de bala, en una habitación de motel barato en París. Los nexos con el presente son inexistentes, excepto para la última misión, donde tendrá que escapar de la emboscada que la policía gala le tiene preparada para alguien de su talla.

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