Tras la triste historia de James Sunderland, permanecer en shock tras completar el juego y conocer la verdad sobre ella, nos habíamos jurado no volver nunca más a Silent Hill. Pero lo hemos hecho. Desde el anuncio del juego, hemos sentido una profunda ansiedad de meternos en la piel de Heater y dejarnos llevar a mundos paralelos hasta dar a parar a ese pequeño y maldito pueblo donde no se distinguen las pesadillas de la realidad. Nos juramos no hacerlo más pero lo hemos hecho.
Silent Hill 3 es una nueva vuelta de tuerca al género del terror psicológico que inaugurase esta mítica saga de KCET en PSOne con Harry Mason y la búsqueda de su hija desaparecida. En esta ocasión, el usuario se verá inmerso en una historia enfocada a sembrar en él las dudas más terroríficas y que rompe los cimientos de la lógica interior de cada persona. Silent Hill 3 hace replantearse a cada uno el significado real de conceptos tan sólidos como el bien o el mal y creencias y dogmas como la verdadera fe o el camino para alcanzar el paraíso.
La historia, la magistral y terroríficamente historia de Silent Hill 3, nos mantendrá pegados a la pantalla como nunca antes lo estuvimos. Incluso para los novatos. Los jugadores que no hayan probado la primera parte de Silent Hill se verán muchas veces desconcertados por los giros retrógados de la historia, giros complicados de entender incluso para los que empezaron la saga en el segundo capítulo junto a James Sunderland y su oscuro secreto... porque James tenía un pequeño y terrorífico secreto, ¿recordáis?
En esta tercera parte, el jugador toma el control de Heater Morris, una adolescente que se encuentra pasando el día en un centro comercial. Súbitamente, Heater se ve rodeada por un mundo desconocido, un mundo deforme, aberrante y pestilente donde nada tiene sentido y donde las únicas criaturas que encuentra son engendros que se mueven por los más básicos instintos.
A pesar de esta desconcertante situación, consigue reconocer el lugar. Se trata del centro comercial, pero extraña y macabramente cambiado. Sin entender nada, intenta salir del complejo, pero más que un cúmulo de tiendas, el lugar parece un laberinto enrevesado de metal y sangre. Intentando abrirse paso, Heater llega al pequeño parque de atracciones del centro, donde comienza a tener extraños destellos del mundo real para, al instante, volver a situarse en un universo irreal y decadente.
Una vez en el parque de atracciones, la adolescente se dirije al norte, a la montaña rusa, hasta ella, un camino lleno de trajes de conejito ensangrentados. Ese será el primer escollo del camino de Heater hasta Silent Hill, el pueblo maldito...
Silent Hill 3 es una nueva vuelta de tuerca al género del terror psicológico que inaugurase esta mítica saga de KCET en PSOne con Harry Mason y la búsqueda de su hija desaparecida. En esta ocasión, el usuario se verá inmerso en una historia enfocada a sembrar en él las dudas más terroríficas y que rompe los cimientos de la lógica interior de cada persona. Silent Hill 3 hace replantearse a cada uno el significado real de conceptos tan sólidos como el bien o el mal y creencias y dogmas como la verdadera fe o el camino para alcanzar el paraíso.
La historia, la magistral y terroríficamente historia de Silent Hill 3, nos mantendrá pegados a la pantalla como nunca antes lo estuvimos. Incluso para los novatos. Los jugadores que no hayan probado la primera parte de Silent Hill se verán muchas veces desconcertados por los giros retrógados de la historia, giros complicados de entender incluso para los que empezaron la saga en el segundo capítulo junto a James Sunderland y su oscuro secreto... porque James tenía un pequeño y terrorífico secreto, ¿recordáis?
En esta tercera parte, el jugador toma el control de Heater Morris, una adolescente que se encuentra pasando el día en un centro comercial. Súbitamente, Heater se ve rodeada por un mundo desconocido, un mundo deforme, aberrante y pestilente donde nada tiene sentido y donde las únicas criaturas que encuentra son engendros que se mueven por los más básicos instintos.
A pesar de esta desconcertante situación, consigue reconocer el lugar. Se trata del centro comercial, pero extraña y macabramente cambiado. Sin entender nada, intenta salir del complejo, pero más que un cúmulo de tiendas, el lugar parece un laberinto enrevesado de metal y sangre. Intentando abrirse paso, Heater llega al pequeño parque de atracciones del centro, donde comienza a tener extraños destellos del mundo real para, al instante, volver a situarse en un universo irreal y decadente.
Una vez en el parque de atracciones, la adolescente se dirije al norte, a la montaña rusa, hasta ella, un camino lleno de trajes de conejito ensangrentados. Ese será el primer escollo del camino de Heater hasta Silent Hill, el pueblo maldito...
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